Este Blog ha nacido para dejar volar la imaginación, y al igual que las mariposas, anuncian su presencia con el aleteo de las alas, espero de vez en cuando volar para encontrar historias que contar.

21 de agosto de 2013

Las minas de sal de Cracovia.


Las minas de sal son una de las visitas imprescindibles en Cracovia, están a solo 14 km de de la ciudad, en la localidad de Wielicka. Dicen que son las minas más famosas del mundo y en estos momentos ya están declaradas monumento de la humanidad. 
Parece ser qué el recorrido se empieza por la parte más antigua. El aspecto es este, nada que ver con el resto del recorrido.
Se remontan a la edad media, las primeras referencias que se tienen de ellas son sobre el año 1044. En siglos pasados fueron una de las principales fuentes de ingresos para el reinado de Polonia.
Estando en Cracovia es una visita obligada y todo un espectáculo por la enormidad que tienen y lo que han sido capaces de desarrollar dentro de ellas. Tienen unos 320 metros de profundidad y alrededor de 300km. de túneles. Para las personas con claustrofobia, estas profundidades pueden parecer un disparate y algo imposible de aguantar pero, salvo que se tenga muy acentuado el síndrome, la verdad es que cuando paseas por allí dentro no tienes la sensación de estar bajo tierra. Los espacios son muy grandes y puedo asegurar que en el caso de que pase algo en menos de dos minutos te han sacado fuera. Hay que pensar en disfrutar lo que se está viendo.
El recorrido turístico es de tres kilómetros  y se baja a niveles de entre sesenta y ciento sesenta metros. Hoy la bajada a los sesenta metros primeros se hace en ascensores, también la subida al final del recorrido.
Se supone que se hace el recorrido empezando por la parte más antigua de la mina, con lo cual las primeras galerías son más estrechas, forradas de maderas y vigas de troncos de árboles. Como los medios técnicos para trabajar eran rudimentarios, las galerías forradas de madera se pintaban de blanco para ver mejor.
Los que no tienen reparos, chupan la primera pared de sal que empezamos a ver.
A medida que te adentras en el recorrido las galerías son más amplias incluso  las paredes no están forradas de madera. El aspecto a la vista es de unas paredes parecidas al mármol de color gris oscuro, cuando lo tocas te das cuenta que no. Una de las curiosidades, supongo que lo dicen cuando vas en grupo, es qué, al entrar en la primera galería sin forrar de madera es costumbre chupar con la lengua la pared, así das fe que es verdaderamente de sal.
Durante el recorrido te muestras las formas y métodos de trabajo para la extracción de la sal además de las penurias que pasaban habituales en todas las minas, problemas con los gases, y enfermedades con la vista. Por otro lado, hoy dicen que respirar  ese ambiente es bueno para la salud, sobre todo para los asmáticos, de hecho ahí abajo se encuentra en funcionamiento un hospital y no hay más tratamiento que respirar  el ambiente por lo visto salado pero, que es imperceptible. .
Las partes más lisas son cristales transparentes que en la foto no se puede apreciar. Si colocan una linterna se puede ver la profundidad de la transparencia.
Visto desde abajo. las alturas de las salas son grandísimas.
La puerta de uno de los despachos. Lógicamente la puerta es de época más moderna.
Una de las capillas que se pueden encontrar a lo largo del recorrido.
Ya más dentro, no solo ves simples galerías o pasadizos,  allí en la época en que se trabajaba en los espacios que nos enseñaron, se escavaron habitaciones, despachos, capillas y se pueden ven amplias salas escavadas durante la extracción de la sal y que hoy están decoradas con estatuas religiosas y honorificas a momentos y aspectos del trabajo en las minas, esculpidas en sal. 
Algunas de las estatuas de sal.
El aspecto es como si fueran de piedra, no se permite tocarlas con la mano para que no se gasten, sin embargo las paredes si se puede. Es importante saber, que todas las esculturas están hechas por mineros, es algo que te sorprende porque tienes que fijarte mucho para darte cuenta que en algunas de las esculturas, carecen de proporciones  y perspectiva, pero es de un merito increíble. También el suelo por donde se pisa, está esculpido en la sal.
Alguno de los suelos de sal.
Cuando ya llevas recorriendo un buen rato galerías y salas que, sin darte cuenta vas bajando metros, pero que hay que decir qué, muy bien preparado, de pronto desembocas en la catedral… 
La catedral.
Uno de los cuadros escuñpidos en la catedral.
Una de las lamparas de sal.
En ese momento el ¡¡ohhh!! De los visitantes es inevitable, porque… Sí, ahí abajo hay una catedral enorme,  (ninguna fotografía le hace justicia) toda ella, cada detalle, esculpida en sal. Tiene altar mayor y menores, cuadros de representación religiosa y no podía faltar el Papa Juan Pablo II. Hasta las lámparas que parecen de cristal, son cristales de sal.
A ver quien acierta el defecto de esta escultura....

Es dificilísimo hacerse una idea de la enormidad de las minas. Si a medida que te van enseñando espacios te das cuenta que ahí abajo además del hospital, también hay un hotel con sus cocinas en funcionamiento. La celebración de bodas y eventos con gran cantidad de gente es habitual.
Las filtraciones de agua dulce en algunas zonas son habituales creando en algunos puntos estalactitas y estalagmitas y protuberancias que suelen llamar coliflores por el parecido con esta verdura. El agua dulce hay que extraerla de forma obligada pues lo que mas daño le hace a la sal. 
Recorrido del agua dulce.
Antiguamente la forma de sacarla era muy rudimentaria, muchos de los tramos se hacía con toneles a hombros de los mineros. Hoy la Tecnología les permite canalizarla y extraerla sin ningún problema.

Una de las pocas estalagmitas que se encuentran.
las coliflores que se forman por las filtraciones de agua dulce.
El recorrido de cerca de dos horas, es todo un espectáculo y apenas te das cuenta de que ha pasado el tiempo y tardas en asimilar todos los valores, además de lo monumental que encierran las minas de sal.
La temperatura ahí abajo es de 15 o 16 grados pero, antes de bajar pasamos tanto calor que qué agradecimos el fresco que se respiraba.

Reitero, semejante espectáculo estando en Cracovia  no se puede perder.
María Calzada