Cracovia fue durante más de 600 años la capital de Polonia. En el
siglo XIV la ciudad se reveló contra las autoridades reales. Años
después pasaron la corte y la capital a Varsovia. En el fondo los habitantes de
Cracovia se siguen sintiendo dueños de la capitalidad y no esconden los
piques existentes entre las dos ciudades.
La influencia del pasado y las invasiones está reflejada en la
fisonomía de la ciudad. El trazado medieval de sus calles dan buena cuenta de
ello y el resultado es una ciudad monumental con estilos desde el románico
temprano a la arquitectura moderna.
Lo cierto es
que Cracovia aunque es una ciudad pequeña cercana a los ochocientos mil
habitantes, más, doscientos mil estudiantes, que cada año cursan estudios en
las universidades y centros de estudios superiores pues, no en vano es la
ciudad cultural de la ciencia y juventud y ostenta el título de
capital Europea. Las 17 universidades que alberga la ciudad dan una idea de la
cultura existente que, por otro lado se nota en sus gentes, por poco que te
fijes. Una de sus universidades, Jaguellónica es la más antigua de Europa
creada en 1364 por Casimiro III. En una de las salas de esta universidad
los nazis obligaron a reunirse a profesores y personajes importantes de
la cultura. Nunca más se supo de ellos, fueron fusilados.
Por sus
aulas han pasado, entre otros, personajes importantes, como el astronomo,
Nicolas Cópernico, y juan Pablo II, hoy es una adoración que sienten por este
Papa, no hay rincón que por una circunstancia u otra no lo mencionen.
Se la considera una de las ciudades más bellas de
Europa y la más visitada de Polonia. Ciento cincuenta iglesias llenan sus
calles, con mezcla de estilos, no solo por lo que tardaron en hacerlas, también
por las continuas reconstrucciones que han sufrido debido a las invasiones y guerras
a lo largo de los siglos. En alguna calle, llega a haber hasta ocho iglesias,
además de fachadas que dan fe de épocas y estilos diferentes. Durante la
segunda guerra mundial tuvo la suerte de no recibir ataques masivos y esto
permitió conservar intactos todos los monumentos que hasta entonces se habían
reconstruido.
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Me llamó la atención la armonia de las fachadas con los geranios repletos de flores. Rara era la fachada que no presentaba este aspecto. |
Pasear por el centro de Cracovia es una gozada, a pesar de que era
tiempo de vacaciones estudiantiles, que es un plus añadido para fomentar el
ambiente, se la veía llena de vida. Cada edificio es digno de admiración.
En esta época del año es para ellos como una floreciente primavera y sorprende
ver en cada ventana o jardinera de las terrazas de restaurantes y bares los
geranios repletos de flores. Sin duda la mejor época para visitarla es ya
metidos en el verano que, el calor debería ser suave, aunque nosotros
hemos sufrido la ola de calor y no todos los establecimientos están preparados
para mitigar el exceso de temperaturas.
La Plaza del Mercado es el centro neurálgico de la
ciudad, ya solo en su fisonomía es espectacular pero, animada por los
cracovianos, mayores y niños, que salen a la calles aprovechando los pocos meses de buen tiempo, además de músicos ambulantes, más en esta época, grupos de
visitantes, le dan una alegría y colorido que no dan ganas de marcharte de allí.
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Plaza del Mercado vista desde la torre de la
iglesia de Santa María. En los bajos del edificio del centro se encuentra el
mercado de tiendas de souvenirs.
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Los edificios de la plaza al igual que el resto de la ciudad
no se ve un estilo uniforme de edificación, por el contrario cada uno de ellos, marca su época y estilo.
La Basílica de Santa María , flanqueado una de las esquinas de la plaza, cargada de historias y leyendas.
Por la noche tiene un ambiente de fiesta increible.
Si además de
pasear por la plaza se tiene la oportunidad de comer en el restaurante más
antiguo, sabiendo la historia que tiene detrás, te das cuenta que estás sentada
en un lugar privilegiado. Data de 1364, cuando Mikolaj Wierzynek preparó
el banquete de bodas para la nieta del Rey Casimiro el Grande. La realeza
fueron comensales habituales en los salones que hoy se pueden ver decorados con
antiguos muebles, candelabros cuadros y relojes de pared. La fachada es digna
de admirar.
…Otro día
más.